viernes, 18 de agosto de 2023

Reseña acerca de la novela "Este o cualquier otro lunes"

 




Para empezar esta reseña del libro “Este o cualquier otro lunes” de la autoría de Jesús David Buelvas Pedroza, me gustaría destacar lo que el titulo me remite a primera vista, y es una clase de sensación de que la línea de tiempo en esta novela acerca de los lunes esta relacionada a un ciclo, el cual ocurre sin importar la semana, el mes, el año de ese lunes, para el autor, todos los lunes son lo mismo, y lo anterior lo afirmo de acuerdo con la lectura detallada que tuve de la misma. Porque en la lectura nos relatan ese lunes, en el que Samuel (el personaje principal de la novela) vive una gran variedad de hechos, como si fuese un lunes común y corriente de su vida, con esto quiero decir que percibí una clase de rutina en la vida de Samuel, la cual explicare más adelante.

La novela como tal se basa en la vida de Samuel, un muchacho graduado de filosofía y letras, con un sueño frustrado de ser escritor, pero que, a pesar de sus capacidades, el entorno en el que se encuentra no le permite llegar a emplearse ni siquiera como maestro, por lo que se halla desempleado y viviendo a expensa de lo que sus hermanos le daban. Añoraba un lugar para vivir solo, para llevar algunas muchachas que conocía en su vida, pero, sobre todo, un lugar que le brindara silencio y soledad suficiente para dedicarse a la escritura de obras que tanto deseaba. Un aspecto que destaco de esta novela es la forma como esta escrita, a diferencia de otros escritores y relatos, el autor narra la historia con cierta coloquialidad, desde el nombre de los personajes hasta el espacio donde la historia se desarrolla, que es en la ciudad de Cartagena de Indias, incluso las expresiones propias de la ciudad, por ejemplo, en los diálogos entre Samuel y su vecina Edith, se puede evidenciar expresiones como: “¡Ah verdá!”, hasta nombres o apodos coloquiales como lo son: “El Deivi” ,“El Mincho”, “El Juli” “El Gabrie” “ El Yorvi” y entre otros.

La novela continúa narrando la historia de Samuel, que hace tres días antes lo habían llamado para que ese mismo lunes en la mañana se presentara a una entrevista de trabajo, en vista que no conseguía empleo con su estudio en filosofía y letras, decidió llevar hojas de vida al periódico para intentar conseguir un trabajo como anunciador de un almacén o la vacante de mensajero que ofrecía una emisora. A lo largo de la trama de esta historia, el protagonista vive una gran cantidad de sucesos que desde mi punto de vista y como habitante de la ciudad de los hechos de esta historia, son ciertos, como la demora de las busetas que Samuel espera para irse a su entrevista de trabajo, los gritos de los carretilleros con sus productos, el tumulto de personas de toda clase que se encuentra en el centro, junto al ruido de las construcciones y la música de los negocios, y demás rasgos que mediante el uso del lenguaje del autor, nos permite a nosotros como lectores recrear imágenes que se reconstruyen en nuestra mente.


Dirigiéndome a una parte más critica de esta reseña, quiero comentar acerca del tema de este libro, que para mi es: La individualidad de la sociedad contemporánea. Esto lo digo porque es lo que demuestra Samuel en toda su historia, una vida donde el estudio de una carrera profesional no te asegura nada, lo que conlleva a estar lo suficientemente ocupado intentando emplearte como para preocuparte en ayudar o auxiliar a los demás, lo cual nos lleva a una enfermedad mortal, como lo es, el consumismo. Por lo que, a mi parecer, la intención del autor es que nosotros como ciudadanos seamos empáticos, nos demos cuenta en la lamentable sociedad en que vivimos y reflexionemos de una vez por todas, que lo que estamos haciendo para garantizar nuestra supervivencia, es algo contraproducente, actuando de manera egoísta e individualista, lo único que vamos a conseguir es una desigualdad social mucho mayor a la ya presente, una escasez de solidaridad y sobre todo una gran falta de compromiso cívico. Lo anterior se puede demostrar en varios fragmentos de la novela, por ejemplo, la conversación entre Samuel y el hombre del bus: “Ocurre con frecuencia en este país de mierda. La gente se mata estudiando con la esperanza de que al terminar su carrera encontrara una oportunidad para salir adelante, pero por lo general sucede todo lo contrario”, “No hay una maldita oportunidad que valga la pena. Por eso la gente se decepciona, busca otras cosas que hacer, algunas se evaden, otros se matan, la mayoría acepta su fracaso y así crece cada vez más el conglomerado de frustrados y resentidos que es, no solo esta ciudad, sino el país entero”, “Abogados, médicos, ingenieros y demás profesionales conduciendo motos y taxis para no dejar que la necesidad destruya a sus familias”, “Es imposible asumir otra posición en medio de tanto egoísmo y mediocridad a los que hemos llegado. Nadie va a ofrecer soluciones. La gente esta tan ocupada tratando de arreglar su situación como para interesarse en pensar y auxiliar a los demás. Este es un país de jodidos”

 

Por último, comentare mi punto de vista acerca de la novela.

Desde mi perspectiva como lector de autores reconocidos como Julio Cortázar, Miguel de Cervantes Saavedra, Mario Benedetti, Gabriel García Márquez, Paulo Coelho, puedo afirmar que con esta novela percibí algo totalmente distinto a obras que leí de los autores anteriormente mencionados, debido a que en la mayoría de relatos de estos autores utilizan en muchas ocasiones la fantasía y la creación de espacios y personajes con características fuera de lo real, pero con la novela de Jesús David Buelvas Pedroza “Este o cualquier otro lunes”, discerní una descripción cruda y mortífera de la realidad cartagenera en la que yo como habitante me encuentro. A pesar de ser solo un estudiante a nada de graduarse, sin preocupaciones de empleo, sin compromisos laborales, con solo deberes académicos, tengo que admitir que, mediante la expresividad y el uso del lenguaje del autor, me sentí identificado en la situación del protagonista, de tal forma que me preocupa mi futuro como próximo universitario, me genera intriga que será de mi vida después de que me gradúe. ¿Estaré desempleado? ¿Viviré una vida en plenitud?, son interrogantes que me dejan que pensar de esta sociedad colombiana de la que me encuentro rodeado, ya que el hecho de caer en el consumismo a falta de oportunidades y posteriormente estar enfocado en mi completa supervivencia, convierte la vida en una vil tortura. Sin embargo, pienso que debemos actuar como Samuel, en el sentido de que por mucho que estaba desempleado y viviendo a expensas de sus hermanos, tiene una actitud contraria a la que tendría una persona en esa situación, que sería de miedo, estrés y remordimiento, en el protagonista se ve una actitud de valentía y sobre todo de esfuerzo por seguir adelante en una sociedad que incita a hacer lo contrario. 


Por Richard Camilo Hernández Padilla

miércoles, 11 de enero de 2023

Parábola del vacío. La voz de los lectores




En esta entrada de blog aparecen los comentarios que a manera de mensajes le han llegado al autor de "Parábola del vacío". Son mensajes de lectores emocionados y críticos que han ido más allá de la lectura y se han atrevido a escribir notas críticas valiosas sobre los poemas que en dicho texto se encuentran contribuyendo con esto a un ejercicio crítico en torno a uno de los libros de poemas de la obra de Jesús David Buelvas Pedroza. Este tipo de mensajes y comentarios son valiosos porque aportan a la retroalimentación en el proceso de lectura, pero también enriquecen, tal vez sin quererlo, el panorama de la critica literaria en Colombia y Latinoamérica. 

Nota I  

Gracias por compartir tu "Parábola del vacío " Lo he empezado, aunque todavía no terminado, pero tu estilo de lo que he leído es muy inquietante. "Equilibrio " es un poema que aparte de estremecer por la profundidad de un pensamiento expresado con rotunda claridad y exactitud, demuestra que buceas en aguas profundas, que son tan espesas e incomprensibles que asustan. "Metafísica de la soledad" y "Comunión" me han llegado muy hondo y los percibo como las dos caras de la misma moneda de esta soledad apabullante de tus versos, y que relacionas sin embargo con un movimiento casi enloquecido. La quietud del hombre recostado en la farola en "Impronta" cual un reducto de paz, inmune a la pandemia del movimiento repetitivo que obliga la rutina y que solo enmascara la endémica para el ser humano soledad.  Me reí mucho con "Circense" he imaginado la situación allí descrita y me sorprende lo mucho que da para hablar algo tan inocente como el caerse en la alcantarilla, no por la caída en sí, sino porque este circo montado dejaría a la vista otra realidad de hipocresía donde los observadores se limitarán tan solo al chismorreo sin pasar a la acción, así que el título es realmente acertado. Me he quedado en "Así amanece " y he de decir me siento tan identificada con este poema que ya lo he releído unas cuantas veces. La amplitud y el conocimiento desde luego no oblugatoriamente liberan, a veces encierran dando nacimiento a los gritos ahogados...Seguiré leyéndote!

Veli Bogoeva, participante del grupo de WhatsApp Papel & Lápiz


Nota II

No quiero desaprovechar la oportunidad para expresar lo que me sucedió al ir leyendo Parábola del vacío. Cabe resaltar que, aunque emocionada por iniciar la lectura, el prólogo más que temor e intrigas se presentó como un reto, el cual acepté sin titubeos. Comparto la postura que tomó al escribir cada poema, y es que sería erróneo pensar que la poesía solo se enfrasca en amores prohibidos, pérdidas, o situaciones primaverales. Parábola del vacío hoy me enseña a detallar, a ver con otros ojos los días más aburridos, a encontrar historias en pequeñeces y ser apática a lo que la monotonía hace de las personas. Quisiera prometerme a mí misma no caer en ella algún día y que no me pase lo de "anuncios", aunque "Cuarto 05:00 a.m." ya describe algo de mis mañanas.

Cabe mencionar que, "Metafísica de la Soledad" e "Impronta" son mis favoritos. Es extraño encantarse con leer situaciones que te desencantan de la vida misma, pero esa es la magia de la lectura.

María José Herrera, estudiante de Lingüística y Literatura en CECAR 


Nota III

Más allá del prólogo, ser y no ser y si uno quiere, ser de nuevo, es la reflexión sutil que deja la Parábola del vacío del escritor y poeta cartagenero Jesús David Buelvas, quien logra en cada poema reflejar situaciones de la cotidianidad, un encuentro sin preámbulos, sin asombro con el yo interno y con la imperfección humana. Condición que paradójicamente es en muchos casos excluida por nosotros mismos los humanos, para reiventarnos una condición ilusoria, ficticia y engañosa que no cuadra con el vaivén de la vida y sus complejidades. 

Rebeca Peña, escritora cartagenera 



martes, 16 de febrero de 2021

DE HAMBRE Y ARTISTAS

 


A propósito de los acontecimientos ocurridos a mediados del pasado mes, en torno a la huelga de hambre protagonizada por el joven Elias Lacouture y con la cual protestaba a favor de la reconstrucción del histórico edificio de Bellas Artes, se han suscitado muchos comentarios a favor y en contra de lo acontecido. Sin embargo, más allá de los aspectos morales e ideológicos que se puedan ver implicados en este proceder, valdría la pena analizar un poco la dinámica existente entre el hambre y el arte -aprovechando la ocasión-

Solo basta con hacer memoria y revisar la historia para denotar la estrecha relación que ha existido entre arte y hambre, y que solo es posible observar su materialización dialéctica a través del sujeto que padece la carencia de alimentos y cuya alma solo desea recrearse por medio de una finalidad estética. Solo a través del artista se puede dar cuenta de este fenómeno, que en ocasiones pareciera un sendero que todo el que esté dispuesto a tratar de vivir de su arte, tiene que transitar.

En todos los humanos se dan una suerte de necesidades físicas y otras espirituales, las primeras corresponden a los recursos naturales que son menester para mantener un buen desarrollo de las funciones vitales y orgánicas. Empero, tales requisitos para una vida plena, no se reducen únicamente a estos elementos físicos. Los humanos nos adivinamos como seres que no obedecen exclusivamente todos los preceptos a los que se ven condicionados el resto de especies animales. Hay algo en nosotros que tiende a lo abstracto, un impulso que nos hace percibirnos como seres divinos y de elevadas aspiraciones. Ciertas cualidades inmateriales que bien pueden ser fortuna o desgracia –depende como se les mire- hacen que el hombre se perciba  a sí mismo como un eslabón entre los dioses y las bestias.

Tales cualidades se precisan para llevar nuestra vida en armonía y son experimentadas de forma única por cada sujeto. La admiración por la belleza, la experiencia del amor, el uso del lenguaje, la singularidad del deseo, la versatilidad de la imaginación y la conciencia de la muerte, por ejemplo, son cualidades humanas a las que todo sujeto por lo menos perteneciente a una cultura, se encuentra determinado a experimentar. Los humanos hemos hallado la forma de sublimar todas estas cualidades en el terreno del arte, la religión, y la política, estableciendo así alternativas que han de conllevar a consideraciones éticas y estéticas a través de las cuales devenir.

La importancia que le da un sujeto a tales instancias -física o espiritual- se ve determinada por su experiencia y su voluntad. A partir de esto, se entiende que dependiendo de sus intereses personales y su percepción de la vida, alguien encaminará su existencia bien sea a ideales del espíritu o del cuerpo, placeres del uno o del otro. Empero sin importar cuál sea su inclinación, por inmanencia toda experiencia del cuerpo humano resonará en su espíritu y viceversa.

En este orden de ideas, no es imposible, que un individuo exponga su cuerpo a ciertos padecimientos  con el propósito de alcanzar algún objetivo en el terreno de los ideales y que para él resulta más importante que la integridad del cuerpo. Es decir el malestar físico no es equiparable al placer que se pretende experimentará al conseguir aquello por lo que se lleva a cabo tal sacrificio o sufrimiento. Hasta aquí, se puede constatar como tal acaecer requiere una posición ética, frente a la cual el sujeto hará su propia valoración categórica sobre sus fines, los medios para conseguirlos, los riesgos que está dispuesto a tomar y los esfuerzos que no temerá hacer. 

Ahora, si bien comer es un acto del que dependemos desde la más tierna edad, siendo el hambre el displacer que tratamos de evitar por medio de él. A diferencia de los animales la alimentación en nosotros se ve mediada por la pulsión y no por un instinto, tal como lo demostraría Freud, por ende el hombre puede superponerse  a las demandas de la naturaleza guiado inconscientemente por su deseo y desobedecer así ciertos patrones o condicionantes biológicos. Si esto no fuese así, no existieran psicopatologías relacionadas con los procesos alimenticios, tales como la bulimia o la anorexia; es más, si la dinámica fuese instintiva y no pulsional, sería imposible que un humano fuese capaz de concebir la posibilidad de pasar hambre a voluntad.

Para retratar lo expuesto, cabe reseñar algunos ejemplos de cómo un ideal puede impulsar a un individuo a exponerse al malestar ocasionado por el hambre. Para empezar tenemos los ayunos realizados por distintos adeptos a ciertas religiones que van desde el cristianismo hasta los brahmanes de la india; en este mismo país, Mahadma Gandhi llevó a cabo una huelga de hambre con fines políticos, tal como la que llevó a la muerte al cubano Orlando Zapata el 23 de febrero del 2010. Con esto se ve retratado, los límites a los que están dispuestos a llegar determinados sujetos con tal de conseguir su objetivo por medio de la inanición.

¿Pero qué es lo que hace que en ocasiones sea efectiva esta práctica para conseguir determinados fines? Basta con apelar a la empatía humana para responder a esta pregunta. O sea las emociones que despierta la conciencia de alguien en tal situación, moviliza en los demás, esa propensión a ponerse en los zapatos del otro, y ante lo inadmisible e increíble que resulta tal experiencia supuesta en nuestro propio ser, la identificación provoca entonces sentimientos como la lástima, la compasión y la condescendencia. Siendo estos, los garantes  en prestar ayuda o hacer justicia en nombre del individuo que se encuentra en esa situación en la que nosotros no somos capaces ni de imaginarnos. Además, por ser la alimentación una necesidad y placer de todos los días y tener un impacto notable en el físico casi simultáneo a la abstinencia de alimentos -por decirlo de alguna manera- despierta más nuestro sentimiento de admiración y perplejidad. Haciendo de este tipo de acontecimientos, una suerte de espectáculo para quienes son sus espectadores, siendo que apoyen o no la causa que el hambriento persigue.

Si hubo alguien que se detuvo a retratar esto por medio del arte, fue precisamente el insigne Franz Kafka, a través de uno de los textos que componen su colección de cuentos “Metamorfosis y otros relatos” entre los cuales aparece al final del libro, uno titulado “Un artista del hambre” en este cuento se presenta a un individuo que viaja de país en país llevando su espectáculo que consiste en hacer un ayuno indeterminado con el cual espera despertar la admiración de los espectadores. Finalmente concibe llevar esto hasta sus últimas consecuencias y finalmente quedando del grosor de una paja, muere y es reemplazado por una pantera. Entre los dilemas que atraviesa el personaje está el de la credibilidad de su show, el hecho de que la gente solo se tomaría en serio la huelga de hambre cuando finalmente muriera por inanición. Además también hace alegoría al hecho de apelar a la admiración de los demás a través de la abstinencia de los placeres y necesidades del cuerpo, la renuncia de la carne por una idea superior a esta última. Empero, al mismo tiempo recalca la indiferencia del otro ante el padecimiento ajeno, o en el mejor de los casos, la incapacidad de comprender a cabalidad el sufrimiento del otro, lo mismo que los ideales o las razones que lo llevan a soportarlo La gente pasaba por su lado sin verle. ¿Y si intentara explicarle a alguien el arte del ayuno? A quien no lo siente, no es posible hacérselo comprender" (p.204) en otras palabras, habría que ser un artista, para comprender porque se está dispuesto a padecer todo, arriesgarlo todo y perderlo todo por amor al arte.

El artista, sin embargo, no opta por el hambre a voluntad, esta última en muchos casos, se impone como una condición inicial, como una experiencia transitiva entre la afición y la vocación, sobre todo si el artista pretende vivir de su obra. Esto ocurre en especial en sociedades donde el arte y la cultura son cuestiones infravaloradas e incluso ignoradas por parte de sus adscritos; a su vez que la producción artística es considerada una alternativa mercantil poco prometedora y la vocación artística un estilo de vida nada serio por no decir inviable. Ejemplos de artistas que han vivido con el hambre bajo el brazo sobran en todos los campos del arte, pero resultan más numerosos en la literatura, en ocasiones solo durante alguna temporada y otras a lo largo de toda su carrera.

El escritor sueco, y premio nobel Knut Hamsun, nos da un testimonio de ello con su primera novela “Hambre” que entre otras cosas, sus biógrafos consideran con alguna influencia autobiográfica de sus primeros años. En la susodicha se nos retrata la vida de un literato a quien su perseverancia por vivir de la escritura reduce su existencia a tratar de no morir de hambre, siendo esta última, obstáculo y motivación para lograr su cometido. Más allá de esta interpretación literal, podemos darle cierta trascendencia a la tesis, generalizando esta situación al hombre universal, es decir el hambre como obstáculo y motivación detrás de cada empresa humana, como el reducto a la necesidad más animal que tenemos junto con el descanso. Después de todo como lo sentencia II de Tesalonecences 3:10 sintetizando el objetivo de la labor humana “el que no trabaja que tampoco coma” y tal vez esta máxima también explica la incidencia del hambre con respecto al trabajo del artista, y es que después de todo suele ocurrir que no se considere el arte como un trabajo. Esto último puede que ocurra cuando no es visto el arte como una necesidad sino como un lujo. Si, cuando se cree que se puede existir prescindiendo del arte.

En cuanto esto último la historia nos ha enseñado que los momentos en que la humanidad ha alcanzado una de sus cumbres como civilización, el arte, la cultura, la técnica y la academia han  preponderado como uno de los retablos de culto, la ilustración , el renacimiento, la alta edad media, el siglo XVIII y XIX así lo testifican. Ya  el eximio Pericles con la magna Grecia, demostró la importancia que tenía el arte y la cultura para el desarrollo moral de una civilización y para mejorar la calidad humana de quienes le conforman. De tal modo que el progreso de un estado o nación se hace proporcional a la instrucción de sus habitantes. Esto último podría responder también a cómo la moral se convierte en algo en detrimento cuando el arte y la cultura brillan por su ausencia.

Volviendo al inicio, en cuanto al caso de Elías y su huelga de hambre, pienso que es de elogiar su iniciativa, que si bien desde un inicio se sabía que era una empresa absurda por una causa perdida, este hecho sumado a que el mismo no estuviese vinculado al alma mater o se considerara un artista. Demuestra, cómo el amor que se profesa por el arte es suficiente para emprender tan obstinado proyecto. Y ya sea que lo haya hecho impulsado por algún precedente psicopatológico, en miras de llamar la atención o en efecto por principios honestos. Su intento, que se prolongó por ocho días, al menos tuvo la fortuna de no ser ignorado del todo y recibir respuesta a sus demandas, aunque no hayan sido quizás como el huelguista esperaba. Así como permitir que coincidieran otros artistas con las mismas inquietudes e inconformidades, logrando así que se relacionaran entre gremios y colectivos de distintos campos y géneros del arte.  Demostrando con esto que después de todo, si hay artistas en barranquilla, solo que no tiene donde congregarse.

A pesar de esta gestión, fue criticado por sus comentarios finales una vez interrumpida su huelga en especial por la frase “esa gente de bellas artes no merece nada” refiriéndose al casi inexistente apoyo por parte de los estudiantes del alma mater que no llegó a ser ni el 5% de la población total. Se han basado en la citada opinión, para opacar y vilipendiar su labor. Siendo que a fin de cuentas, tiene toda la razón, por cuanto era de esperarse que los principales afectados ya fuese por sentido de pertenencia o por pura y llana identificación se unieran a la causa, cosa que como ya se dijo, no ocurrió. Patético o heroico, lo que hizo estuvo más allá del quietismo obtuso y la crítica virtual insulsa con la que muchos intentan lograr el mismo fin. A lo mejor la gran mayoría de quienes le han criticado, son quienes mucho hablan y poco hacen o peor aún quienes ni hacen ni dejan hacer. Seguramente muy afines a los espectadores del cuento de Kafka quienes representan a la gran mayoría, a quienes sólo contemplan impulsados por el morbo y la curiosidad, esos mismos que subestimaban al artista del hambre, y que solo serían capaces de admirar su labor siempre y cuando la llevará hasta las últimas consecuencias. Pareciera que esto hubiese sido lo que se esperaba de Elías, su inmolación por inanición en nombre del difunto arte que con las ruinas de Bellas Artes simboliza el estado de precariedad en que se halla  la cultura en la ciudad de Barranquilla.

 

Por Henry Ortiz 



martes, 8 de septiembre de 2020

Jamás la champeta, jamás el reguetón

 

Hablar del Reguetón como "cultura latina" es una osadía, jamás será cultura, jamás será un modelo, jamás impulsará valores, jamás irá de generación en generación, jamás será o formará parte de la identidad de un pueblo, jamás será considerado MÚSICA por aquellos que SI estudiamos; y claro que TIENE que extinguirse, la champeta, quizá puede formar parte de la cultura netamente Cartagenera, pero de seguir por el camino que ha tomado, está destinada a desaparecer, jamás será considerada folclor a nivel nacional o mundial, porque sencillamente al igual que los reguetoneros nunca se han preocupado por estudiar, por conocer técnicas instrumentales o el mínimo de la técnica vocal, piensan que poner cualquier base rítmica y desafinar a su ritmo, ya es hacer música, piensan que denigrar con sus letras, ya es hacer música; están a años luz de saber lo que es verdaderamente la música, y la cultura de un pueblo. 

TIENEN que desaparecer, a menos que ocurra un milagro y sus representantes empiecen a ESTUDIAR, a COMPONER melodías y letras con armonía, o al menos con sentido. Bad Bunny es una vergüenza para el gremio musical. Pienso que ni siquiera pertenece a un gremio musical, el argumento es que "vende"? El hecho de que haya gente que lo siga y compre sus porquerías en ningún momento debe ser un medidor de talento o conocimiento musical, miremos quienes lo siguen, quienes le compran... Simplemente forma parte de una sociedad degradada y sin el mínimo de conocimiento. No se dejen confundir por eso, no se piense que será eterno, no tiene como serlo.

Por Norma Patricia Álvarez, Artista y docente


domingo, 6 de septiembre de 2020

Lo que se ha dicho sobre Este o cualquier otro lunes, la novela de la llaga.



"Aquí no importa la pedantería del autor. Lo importante es la obra. Es una buena novela, debe ser leída. Es una novela muy bien escrita más allá de que ahora alguien decida enfrascarse en buscar sus gazapos ortogramaticales. Creo que lo correcto es comprar la novela y disfrutar su lectura iniciamente. Luego, habrá tiempo para publicar los análisis, pero centrar y reducir este espacio en la discusión sobre si las comas van o no van sin mencionar algo destacable de esta página, no es tan justo con el trabajo de alguien que se ha dedicado por mucho tiempo al oficio. Adhiero a lo comentado por mi querido Rodolfo Lara Mendoza, la narración tiene carne y te hace un encuadre perfecto. La imagen aparece diáfana".
                                                                           
  Respuesta de Erick Federico Palomo a Leda Buendía 
en una conversación de Facebook


"La ciudad que habitamos y la ciudad que nos habita es el epicentro del relato de "Este o cualquier otro lunes", Samuel es el personaje que en medio de la cotidianidad encuentra el tedio y la belleza de la vida.

Esta es una historia cercana al lector quien puede sentirse como uno de esos transeúntes con los que Samuel se encuentra ese lunes mientras, busca trabajo y pasea por el centro. El autor Jesús Buelvas, de una manera amena y sencilla, nos da su propia impresión de la vida, nos ubica en una ciudad como Cartagena con sus referencias particulares y que en la novela se  convierte en un personaje más que lucha entre el desencanto y la desesperanza, sin perder la fortaleza que la sigue manteniendo de pie. Esta es la historia que sucede mientras vivimos y nos invita a reflexionar a través de cada una las historias de lo serio que es la vida".

Catalina Brito, escritora, gestora cultural y estudiante de literatura 



"Este o cualquier otro lunes es un libro escrito para cualquier persona, cumple la función explícita de invitar con sus primera líneas a seguir leyendo y una vez allí sumergido entre las líneas, puedes sentirte el protagonista vivido o el espectador de la historia, pero seguro disfrutas la lectura". 

Liceth Puerta Mendoza


"La verdad es que la novela se presta mucho no solo para ver una realidad inherente en la que estamos envueltos sino también para que los estudiantes vean y sepan en que país están y reflexiones sobre lo que hacen y lo que no, mientras leía pensaba en eso, tu novela hace pensar y hace que cuestiones lo que haces, lo que piensas y lo que vives".

Johan Hansen, estudiante y profesor de español y literatura.

La novela y la ciudad

 

"Por lo demás, me gusta cómo el lenguaje narrativo, en esa página, cumple su objetivo de hacer que aparezca la imagen".

Comentario de Rodolfo Lara sobre el contenido de la página 56 de la novela. 

 


 "Me gustó. La sentí muy envolvente y muy bien detallada. Eso como lector crea más expectativa en el contenido de la novela. Y siento que de una u otra manera, todos podemos identificarnos con el personaje principal, Samuel. Me gustó la reflexion a la que conduce la novela. A través de la óptica de Samuel, podemos entender un poco la situación actual del país y de la ciudad, pese a que la novela se ambienta años atrás, siguen las mismas problemáticas que en ella se abordan".  
Harold Noel Prieto


Colectivo de Artistas Luis Vidales


"Estoy en proceso de lectura de tu novela. Realmente me ha gustado, con ella he corroborado la madurez y seriedad de tu trabajo. Cosa que se evidencia también en tus poemas. 
Víctor D. Ahumada


"Un muy buen libro. Es uno de esos libros que siempre quieres saber qué va a pasar después y no lo dejas de leer". 
Julieth Martínez


"Tu novela me gusta mucho. Es compacta, breve y muy profunda la verdad. hay mucho material reflexivo que sacar de ahí. Una visión directa y descarnada en la ciudad. Creo que nadie en este país ha escrito algo así".

Ignacio Javier Beetar


"Este o cualquier otro lunes es una novela muy bien pensada cuyos hechos y escenarios resaltan la calidad de lo cotidiano y el peso que algunas veces este genera. En principio la obra seduce con un lenguaje muy simple pero no insustancial, de a poco nos va introduciendo en una charla amigable, fluida y placentera, para luego soltarnos una serie de reflexiones que nos harán cuestionar.

En su estructura destaca situaciones comunes, escenarios y lugares conocidos brindándole al lector cierta familiaridad y por ende el deseo de saber más.

consciente o inconscientemente no dudo que el autor ideó esta forma para atrapar al lector y generar un efecto autocritico en él.

Razón probable de ello es la desazón que nos deja el punto final.

Una vuelta a la mirada del otro yo que nos habita, el vecino que nos saluda, la zancadilla que nos hace tropezar o el libro que nos pone pensar".

Vanessa Romero Rodríguez, escritora y diseñadora de modas. 


miércoles, 30 de mayo de 2012


SU HOGAR ES EL MUNDO’

Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires, Argentina en 1899 y murió en Ginebra, Suiza en 1986. Fue uno de los escritores más importantes del siglo xx gracias a sus significativas y reconocidas obras tales como “Cuaderno San Martín” (1928) y “El hacedor” (1960). Los temas principales de sus creaciones giraban alrededor de ontologías fantásticas y genealogías sincrónicas, lo cual le brindaba a su escritura un toque existencialista.
“La casa de Asterión” es un cuento que trata más que todo de un hombre llamado Asterión el cual es acusado de locura, soberbia y un extremo de misantropía, sin embargo, lo que la plebe (como él la llama) no sabe es que es una persona que vive en la realidad, en un laberinto llamado mundo. El personaje principal y el único que tiene cabida en el cuento es Asterión, pero a pesar de esto, se hace mención de Teseo, hijo del rey de Atenas y de Ariadna, su prometida.
“La casa de Asterión” está escrito con un lenguaje mixto, porque no es totalmente culto ni absolutamente coloquial, simplemente vamos avanzando la lectura y cada instante que pasa nos llena la cabeza de imágenes placenteras que alimentan nuestro entendimiento del contenido, además, el léxico utilizado por Borges permite una conexión directa del lector con el cuento, los cual hace que el primero se transporte a un mundo lleno de genealogía y fantasía. A lo largo de la historia pudimos notar distintas figuras literarias tanto fonológicas, como sintácticas y semánticas. Siguiendo el orden, podemos considerar la aliteración: “cualquier lugar es otro lugar”; allí se produjo un efecto sonoro favorable gracias a la repetición consecutiva del fonema lugar. Hipérbaton: “algún atardecer he pisado la calle”, en esta oración simple se está alterando el orden sintáctico de la misma, y por último, oxímoron: “impaciencia generosa”, ahí podemos notar la conjunción de opuestos.
Aunque el argentino Jorge Luis Borges nunca obtuvo un premio nobel de literatura, hay que reconocer que realizó escritos bastante significativos en el siglo xx, entre ellos “La casa de Asterión”, el cual es una obra que a pesar que está escrita con un tema algo genealógico, muestra la realidad de algunas personas, pues muchas veces acusamos a seres de locos, de raros, y no nos tomamos el trabajo de mirar más allá de la primera impresión, lo cual puede resultar como maltrato psicológico para las víctimas. Para mucha gente, el hogar es un laberinto sin salida, una casa con millones de puertas, o simplemente su hogar es el mundo, un lugar donde se ve lo bueno, lo malo, lo igual, lo diferente, lo imperfecto; un sitio donde sin ambigüedades notamos la realidad a simple vista.


Angie Álvarez 10°.

Miércoles 28 de Marzo del 2012
Estoy maldito con mi existencia. Solo sigue y sigue y no se termina. Tal vez no deba estar haciendo esto pero la verdad es que voy a dejarme caer en los brazos de esa mujer, que tanto me ha dado y que sé en mi interior que he traicionado, una vez mas.
¿Te es posible sentir como un secreto te rasga hasta dejarte una fisura? Parece que también estoy maldito con mi sensibilidad. Sentir o no sentir e ahí el dilema.
Todo es más fácil si no siento. No hay ataduras no hay rencores y todo es mas fácil. No hay dolor no hay amor no hay lealtad, simplemente no hay nada. Una oscuridad, que como ya lo he escrito antes, es totalmente dual benéfica. ¿Pero cuanto debe pasar para que este clóset se abra? La respuesta es decepcionante: no mucho si estas enamorado.
Estoy maldito con mi amor. Amor a los amigos, amor a la familia amor a esa persona especial que lo único que hace es sacarme una sonrisa cada vez que la veo. Todas parecen ser tan inofensivas formas y a la vez son tan dañinas. Primero te muestran su lado más amable y te llenan de un gozo y una alegría incomparable y mas tarde te das cuenta de que solo te succionaron las fuerzas y que cuando se van, el dolor es tan insoportable que lo más fácil seria acabar con el sufrimiento. A fin de cuentas no vale entonces la pena culparse ni nada, a pesar de que sea lo que esa voz llorosa dentro nos dice que hagamos. No es saludable hacerlo. Pero, si te es posible, escucha esa otra voz de la inteligencia que te habla frívolamente a lo lejos.
Desamárrate, vuélvete fuerte, nunca te apegues a nadie, no ames, no quieras, no te dejes llevar por los sentimientos pues estos solo te llevaran a la perdición, al fracaso. Aférrate a otras cosas pero no a la gente. Al final todos te traicionan y hacen su jugada como buenos amores que fueron, una vez que estás seco te abandonan y puede que busquen a un nuevo huésped en el que el parasitismo se vuelva dualismo. No aborrezcas al nuevo, aunque no me es posible ocultarte que siempre te estarás preguntando por qué contigo no pudo ser así. Jamás lo averiguaras. Simplemente hazlo, no mires hacia atrás y hazlo, solo APÁGALOS. Eso te liberará de la maldición en la que al final todos podemos estar.
Melpómene, Erato y Calíope, gracias por usar sus dones en mí. Por permitirme escribir con tanta elocuencia como la tragedia y el amor se entrelazan como dos cadenas del ADN que son eternas y que al final no son más que sólo 2 caras de la misma moneda. Pero ¿Cuál es la cara sucia, la horrorosa? ¿El amor o la tragedia?
Emanuel Martinez Franco